La noche del domingo la comunidad de San Miguel Atlapulco, en Huehuetlán el Grande, fue escenario de un accidente que pudo terminar en tragedia. Durante la fiesta patronal, donde se llevaba a cabo la tradicional quema de un torito de cohetes, un proyectil habría caído en un domicilio donde se resguardaba la pirotecnia para las festividades.
El impacto originó una explosión de gran magnitud que dejó como saldo preliminar al menos 20 personas lesionadas, entre ellas mujeres y niños que participaban en la celebración frente a la iglesia de la comunidad. Los heridos sufrieron principalmente quemaduras y lesiones por esquirlas, aunque hasta el cierre de esta edición no existía un reporte oficial del estado de salud de las víctimas.
En redes sociales circula un video que muestra el momento en que se quema el torito, mientras quien graba advierte sobre lo riesgoso que resulta esta práctica. Segundos después se escucha la explosión, seguida de gritos y la confusión de la gente.
El siniestro, además de los heridos, dejó un ambiente de molestia e indignación entre los pobladores, quienes denunciaron la inoperancia del centro de salud municipal, el cual nunca abrió para atender a los lesionados pese a que estos acudieron a pedir ayuda. Testigos señalaron que incluso estuvieron tocando en las instalaciones sin obtener respuesta.
La indignación creció aún más debido a que, según denunciaron habitantes, la regidora de salud del municipio es originaria de Atlapulco, pero nunca se presentó para brindar auxilio a sus propios conciudadanos. La ausencia de autoridades locales ha provocado fuertes críticas y reclamos hacia el ayuntamiento.
Hasta la madrugada de este lunes no había un comunicado oficial ni del municipio ni de las autoridades de salud sobre lo sucedido, lo que incrementa la incertidumbre y el malestar social.
Este accidente vuelve a poner en la mesa la falta de regulación en el manejo de la pirotecnia, práctica común en las comunidades poblanas durante fiestas patronales, pero que en esta ocasión estuvo a punto de convertirse en una tragedia mayor.