El silencio de la tarde dominical en Cuautinchán se rompió con los disparos que terminaron con la vida de Hernán D. M., un hombre de 35 años y conocido propietario de la tortillería “Las Chaparritas” en San Jerónimo Almoloya. El ataque ocurrió sobre la avenida Miguel Hidalgo Sur, donde el cuerpo del comerciante quedó tendido, sin que hasta el momento se haya informado el móvil o la mecánica precisa del crimen.

Vecinos y comerciantes de la zona no tardaron en reunirse con preocupación y creciente molestia. Conforme avanzaron las horas, el enojo fue evidente. Denunciaron que el cadáver permaneció demasiado tiempo en el sitio sin ser retirado, pese a que el asesinato ocurrió pasadas las 3 de la tarde. La escena quedó al resguardo policial mientras la comunidad exigía agilidad y respeto en el manejo del caso.

La presencia de autoridades ministeriales permitió iniciar las diligencias correspondientes para el levantamiento del cuerpo y el inicio de la carpeta de investigación, aunque la demora alimentó la inconformidad y el temor entre los habitantes. En un municipio pequeño, donde todos se conocen, la ejecución de un comerciante local sacudió la tranquilidad y dejó una estela de incertidumbre.
Hasta el cierre de esta edición se mantenía hermetismo oficial.

Únicamente se confirmó la identidad de la víctima y que no contaba con antecedentes penales. Ninguna línea de investigación ha sido descartada, y se espera que en las próximas horas la Fiscalía haga públicos los avances.