Un operativo encabezado por fuerzas federales y estatales asestó uno de los golpes más contundentes contra el robo de gas LP en Puebla. Elementos de los tres órdenes de gobierno aseguraron 30 vehículos tipo pipa presuntamente utilizados para el traslado de combustible robado del gasoducto Tula–Guadalajara, en inmediaciones de la comunidad de San José Carpinteros, municipio de Tepeaca.
El aseguramiento es considerado uno de los más grandes en la historia del estado en materia de combate al huachigas. Las unidades habrían sido empleadas para la extracción ilegal y posterior distribución del gas LP en comunidades de la región y otros puntos de la entidad, una práctica que desde hace al menos seis años ha generado violencia, disputas criminales y riesgo permanente para la población.
Tepeaca y su zona conurbada arrastran un historial largo de robo de hidrocarburos. Primero fue la ordeña de gasolina y diésel; después, el foco criminal migró al gas LP, aprovechando la infraestructura estratégica que cruza la región. Con ello llegaron células delictivas, enfrentamientos armados y un patrón de violencia que se ha intensificado en los últimos meses.
No es un hecho aislado. En semanas recientes, la región volvió a ser noticia por ejecuciones, tiroteos y detenciones vinculadas a grupos dedicados al robo de combustible. Destaca un múltiple levantón de hombres presuntamente relacionados con esta actividad ilícita, quienes habrían sido privados de la libertad por un grupo criminal, torturados y ejecutados; sus cuerpos fueron abandonados en un punto cercano a Nopalucan, en colindancia con Tlaxcala.
Tras esos hechos, la presencia de fuerzas de seguridad se reforzó de manera visible. El resultado más relevante de esa estrategia fue el aseguramiento de las 30 pipas, una acción que golpea la logística y capacidad operativa de las bandas dedicadas al huachigas.
Hasta el cierre de esta edición periodística, las autoridades no han confirmado si hubo personas detenidas durante el operativo. Sin embargo, el decomiso representa un mensaje claro en una zona marcada por la violencia y la disputa por el control del combustible robado.
















