Una mañana que prometía ser tranquila terminó convertida en una escena de terror para un grupo de recolectores de hongos, quienes se llevaron un espeluznante susto en el paraje conocido como La Joya, en San Buenaventura Tetlananca, municipio de Tecali de Herrera. Alrededor de las ocho de la mañana del domingo, los lugareños se toparon con restos humanos regados entre el campo y la maleza.
El hallazgo fue contundente: restos óseos, entre ellos un cráneo, costillas y un maxilar. También había cabello, ropa, una gorra blanca y bolsas de plástico negras sujetas con cinta gris y sogas. En el sitio se apreciaba un pantalón verde camuflado, una camiseta negra y un bóxer del mismo color. Todo ello disperso junto a la carretera que lleva a la junta auxiliar de San Buenaventura Tetlananca.
Los recolectores no dudaron y avisaron a las autoridades. Al lugar acudieron de inmediato policías municipales y estatales, quienes confirmaron que los restos eran humanos. De inmediato acordonaron la zona y solicitaron la presencia de la Fiscalía General del Estado.
Peritos y agentes de la Coordinación General Especializada en Investigación de Homicidios Dolosos realizaron las diligencias necesarias para el levantamiento de los restos, mismos que fueron llevados al anfiteatro del municipio de Tepeaca. La carpeta de investigación quedó registrada con el número FGEP/EAT/CGIRV/ACATZINGO-1/0000136/2025.
Fuentes cercanas a la investigación señalaron que, por el estado de descomposición y las condiciones del hallazgo, se presume que el cuerpo fue dejado embolsado y, con el paso del tiempo y la acción de la fauna, terminó esparcido en el terreno. Todo apunta a un posible ajuste de cuentas entre grupos criminales que operan en la región.
Será el área de antropología forense la encargada de determinar datos clave como el sexo, edad aproximada y tiempo de muerte, lo que permitirá establecer la identidad de la víctima. Por ahora, el caso se mantiene en investigación, y no se descarta que en los próximos días puedan encontrarse más pistas en la zona.
Tecali de Herrera suma así un episodio más a la creciente ola de violencia que golpea la región.