En su propia tierra y a escasos metros de una escuela primaria, Gustavo R. U. fue hallado sin vida con cinco impactos de bala, en lo que parece ser un homicidio directo y sin testigos. El crimen ocurrió en la calle principal de la junta auxiliar de Tenextitla, en el municipio de Naupan, Puebla.
La noche del 9 de junio se recibió el reporte de un hombre tirado en la vía pública. Autoridades municipales acudieron al lugar, encontrando el cuerpo de un masculino, boca abajo, con señales evidentes de violencia por arma de fuego. Junto a él, algunos vecinos colocaron veladoras, lo que sugiere que ya era reconocido por la comunidad. Su padre acudió poco después y lo identificó formalmente.
Gustavo tenía 31 años y, aunque vivía en la Ciudad de México, era originario de esta comunidad. El hombre vestía ropa deportiva y, según el informe pericial, presentaba cinco orificios de bala distribuidos en el pecho, la espalda y la región pélvica. Además, se le observaron algunas excoriaciones. En el lugar del crimen fueron hallados cinco casquillos percutidos, lo que indica que los agresores no le dieron oportunidad de sobrevivir.
La Fiscalía General del Estado, a través de la Coordinación General Especializada en Investigación de Homicidios Dolosos con sede en Huauchinango, abrió la carpeta de investigación FGEP/CDI/CGEIHD/HUAUCHI-I/000268/2025 para esclarecer este asesinato.
A pesar de que se realizó un barrido en la zona, no se encontraron cámaras de videovigilancia ni testigos que aporten datos sobre los agresores o la mecánica exacta del crimen. El móvil del homicidio aún se desconoce y no se descarta ninguna línea de investigación.
El cuerpo fue trasladado al anfiteatro de Huauchinango para la necropsia de ley, mientras que la familia exige justicia. La comunidad, por su parte, permanece en silencio, entre el miedo y la incertidumbre por un crimen que, hasta ahora, no tiene explicación clara.