Con saña y a plena luz del día, un joven de apenas 24 años fue ejecutado en calles de la junta auxiliar de Santa María Moyotzingo, perteneciente a San Martín Texmelucan. El ataque ocurrió el pasado 15 de septiembre y de acuerdo con la carpeta de investigación FGEP/CDI/CGEIHD/HOMICIDIOS-I/000474/2025, la víctima recibió entre 12 y 16 disparos de distintos calibres. Las autoridades presumen que se trata de un ajuste de cuentas entre los grupos criminales que se disputan el poder en aquella demarcación del estado.
El occiso fue identificado como Víctor David M. D., originario de la misma comunidad, quien trabajaba como electricista y campesino. Permanecía soltero y tenía estudios de secundaria. Su cuñada fue quien lo reconoció oficialmente al arribar al lugar de los hechos.
Según los reportes, la agresión ocurrió alrededor del mediodía, cuando vecinos escucharon múltiples detonaciones sobre la calle Aquiles Serdán. Al salir, encontraron al joven tirado sobre la guarnición, en posición de cúbito dorsal, con lesiones visibles en abdomen y mano derecha. Paramédicos que llegaron poco después confirmaron que ya no contaba con signos vitales.
Durante el levantamiento se aseguraron al menos 13 indicios balísticos, entre ellos cartuchos calibre 9 mm, 5.56 y .38 especial, lo que revela que los agresores utilizaron armas cortas y rifles de asalto para consumar el homicidio. La Fiscalía embalará dichos elementos para su análisis balístico y su posible relación con otros crímenes cometidos en la región.
De acuerdo con las primeras entrevistas, el joven se encontraba momentos antes ingiriendo alimentos en un establecimiento de la zona, acompañado de otro hombre cuya identidad no fue revelada. La Fiscalía ya tomó las declaraciones correspondientes como parte de las indagatorias.
El cuerpo fue trasladado a la ciudad de Puebla para la práctica de la necropsia de ley, la cual determinará los órganos que dañaron los proyectiles y servirá posteriormente para establecer las trayectorias de las balas.
Este hecho ha incrementado la tensión en Moyotzingo, comunidad que en los últimos años se ha visto golpeada por ejecuciones y ajustes de cuentas ligados a la delincuencia organizada y a disputas locales. Habitantes exigieron mayor seguridad y presencia policial permanente, pues aseguran que la violencia no da tregua en la zona.
La investigación permanece abierta y no se descarta ninguna línea en torno a los responsables del homicidio doloso.











