En la madrugada del viernes 2 de septiembre, alrededor de la 1:40 am una joven de aproximadamente 23 años de edad, estudiante de la licenciatura en psicología en la Universidad Pedagógica Nacional, abordó en la avenida reforma y 7 sur la unidad TAXI 09, CHEVY C3, conducida por JULIO CESAR MARÌN FABELA chofer certificado.
La pasajera afirmó ante la FISCALIA GENERAL DEL ESTADO, bajo la carpeta de averiguación NIC. CDI 2820/2016/ZC que solicitó que “la llevara a su domicilio ubicado en la colonia de Castillotla y, en lugar de tomar la 11 sur como la vía más accesible para llegar a las colonias del sur, toma la avenida Atlixcáyotl, argumentando que la 11 sur estaba cerrada y, en la rampa de ‘San Miguel Mayorazgo’ el conductor hizo una seña a dos tipos quienes abordaron la unidad con rapidez. “Segundos más tarde, fui encañonada, sometida y golpeada con el arma de uno de los asaltantes en uno de los ojos para impedirme identificarlos”, dijo la agraviada.
Afirmó, que el vehículo, continuó su trayecto y ella encañonada hasta la barranca de “Las Carmelitas” donde cortando cartucho lograron arrebatarle su bolsa que contenía 7 mil pesos, su celular y pertenencias personales. Los dos sujetos huyeron a pie luego de haber obtenido el botín.
En entrevista la víctima afirmó que al taxista no le quitan ninguna de sus pertenencias y él le argumentaba que “él la llevará a su domicilio y él podría apoyarla con su declaración puesto que él sí recuerda la fisonomía de las personas que los atracaron”.
“Llegando a mi domicilio, el taxista me comentó que no quería meterse en problemas y en el momento en el que iba a descender del auto, arrancó y antes de que bajara, aceleró con todo. Permanecí colgada de la puerta; me arrastró hasta la 143 poniente donde ya sin fuerzas alcancé a escuchar sus palabras “a los dos nos va a cargar”.
Arrastrada y con golpes en todo el cuerpo, acudieron a su auxilio unos taqueros que la vieron colgada de la puerta. Ella ya sin fuerzas, se suelta de la puerta y se percata que el taxista baja la velocidad en el momento en que ella cae contra el piso; a distancia ve que viene en reversa el vehículo en la dirección donde ella se encontraba.
Debilitada totalmente la pasajera, siente que los taqueros la levantan y la quitan del trayecto de las ruedas del vehículo; bajan al conductor del auto a jalones y le arrancan del interior del vehículo “el gafete de identificación del chofer con el número 00020181 y como conductor certificado por Secretaria de Infraestructura y Transportes del gobierno del estado”.
Llaman a la patrulla de policía municipal, quien establece comunicación con la estudiante y el taxista. Ante la negativa del chofer de acudir ante la autoridad los uniformados lo dejan ir, argumentando que el nuevo código penal del estado no es causa de ningún delito y lo dejan en libertad argumentando a la joven que ella era la única culpable por no querer soltarse de la puerta.
La joven a quien los taqueros le salvan la vida, es apoyada para llegar a su hogar e interponer horas después su denuncia ante las autoridades correspondientes.
