Cuatro hombres armados asesinaron a una mujer, en su propio domicilio, en Misiones de San Francisco, en el municipio de Santa María Coronango. Los hombres buscaban a otra fémina, al no encontrar a su primer objetivo sometieron a otra mujer, le preguntaron “dónde estaba la droga” y la llevaron hasta el baño de la casa en donde la mataron a balazos. Las autoridades presumen que se trata de un probable ajuste de cuentas entre grupos de narcovendedores que operan en aquella región de la zona metropolitana.
La ahora occisa, según fuentes policiales, sería familiar de Javier E., expolicía y actual líder narcovendedor apodado “El Yoyo”, quien habría asumido el control de la venta de drogas al sur de la capital poblana y parte de la zona metropolitana tras la captura de Abraham Filiberto, alias El Pelón del Sur.
Los reportes policiales indicaron que, alrededor de las 23:30 horas del domingo, los hombres armados llegaron hasta el domicilio marcado con el número 24 de la calle Expreso, en San Francisco Ocotlán, la cual se encuentra en un fraccionamiento cerrado y con vigilancia, lo que inicialmente hace presumir a las autoridades que puede tratarse de personas que habitualmente visitaban el domicilio y que por ello pudieron ingresar sin problema.
Una niña fue testigo de cómo los hombres mataron a su abuela. Fue la menor la que informó a las autoridades vía telefónica y la que refirió el ataque de que fueron víctimas. Se presume que los sujetos armados buscaban a la mama de la niña.
La ahora occisa fue identificada como Nayeli G. T., de 39 años de edad. Presentó varios impactos de arma de fuego.
Al tratarse de la muerte violenta de una mujer, aunque se presume ajuste de cuentas entre grupos delictivos, por protocolos la Fiscalía General del Estado (FGE) inició las investigaciones como feminicidio, aunque si en el futuro se descarta una muerte relacionada con el género la de la mujer, el caso será remitido a la Coordinación General Especializada en Investigación de Homicidios Dolosos.
Por las declaraciones de los testigos, sobre todo el hecho de que los sujetos llegaron preguntando dónde estaba la droga, las autoridades policiales presumen que se trata de un posible ajuste de cuentas entre grupos criminales.