Un comerciante fue ejecutado a balazos la noche del martes en calles de la junta auxiliar de San Antonio Cacalotepec, en San Andrés Cholula. Lo más desgarrador del caso: al momento del ataque, la víctima estaba acompañada de su sobrino de apenas ocho años, quien presenció todo y se convirtió en testigo clave para las autoridades.
El homicidio ocurrió cerca de las 21:30 horas, en calle San Miguel, justo frente al número 10, esquina con la privada del mismo nombre. Eduardo C. L., de 28 años, había salido de su casa con el menor, cuando dos hombres en motocicleta —color negro con verde— se le emparejaron y abrieron fuego directo contra él.
Los sicarios dispararon en once ocasiones. Eduardo cayó abatido casi de inmediato, con al menos seis impactos de bala en diversas partes del cuerpo. Los disparos impactaron en zonas como la cabeza, el pecho, cuello, rostro, espalda y abdomen.
Tras el ataque, vecinos alertaron a las autoridades locales por medio de un grupo de WhatsApp de la comunidad. La policía municipal de San Andrés Cholula fue la primera en llegar, confirmando el asesinato. Paramédicos de Protección Civil, quienes acudieron en ambulancia, corroboraron que Eduardo ya no contaba con signos vitales.
En el lugar quedaron regados al menos nueve casquillos percutidos y varios elementos balísticos, los cuales fueron asegurados por peritos criminalistas. También se recabaron huellas y otros indicios que podrían ayudar a identificar a los responsables, quienes escaparon sin dejar rastro.
El pequeño, que fue testigo directo del crimen, relató a los agentes que los agresores eran dos sujetos a bordo de una motocicleta. Su testimonio será clave en la investigación que ahora encabeza la Fiscalía General del Estado, a través de la Coordinación Especializada en Homicidios Dolosos.
Elementos de la policía estatal también se sumaron al resguardo de la zona. El cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Forense por personal de la Unidad de Traslados y Recolección de Cadáveres (UTREC). Las autoridades ya analizan las cámaras de videovigilancia cercanas, con la esperanza de obtener pistas que lleven hasta los asesinos.