La noche del jueves terminó en tragedia para una familia de Ocoyucan. Julián R. L., campesino de 40 años, fue asesinado a balazos en la junta auxiliar de Santa Cruz Hidalgo, en el municipio de Santa Clara Ocoyucan. Su muerte no solo estremeció a la comunidad, sino que también desencadenó un caos que complicó las diligencias de la autoridad. La Fiscalía inició la carpeta FGEP/CDI/CGEIHD/HOMICIDIOS-I/000586/2025 por homicidio calificado.
Los hechos ocurrieron en la calle Emiliano Zapata, donde vecinos reportaron que un hombre había sido atacado con arma de fuego. Elementos de seguridad llegaron minutos después y encontraron al campesino tirado sobre el pavimento, con manchas de sangre visibles y rodeado por un pequeño grupo de personas que poco después se convertiría en una multitud. Los uniformados solicitaron una ambulancia y comenzaron a acordonar el área, pero la reacción de los presentes fue hostil.
Apenas se colocó la cinta, familiares y conocidos del occiso la rompieron y comenzaron a invadir el área. En cuestión de minutos ya eran entre 50 y 60 personas, muchas de ellas alteradas y gritando. Lo más grave, según los reportes, fue que algunos manipularon casquillos percutidos y movieron el cuerpo, contaminando la escena. Uno de los familiares incluso aceptó haber tocado los indicios.
Paramédicos confirmaron que Julián ya no tenía signos vitales. Presentaba tres impactos de bala en la espalda y dos en el pecho. Su ropa —sudadera gris, pantalón de mezclilla azul y botas cafés— conservaba rastros de la agresión. Al final, el área pudo ser resguardada con dificultad, aunque para entonces ya había sido significativamente modificada.
La hermana del fallecido relató que una vecina les avisó del ataque. La testigo habría visto a cuatro hombres interceptar al campesino cuando caminaba hacia uno de sus terrenos. Primero lo golpearon y después le dispararon mientras intentaba avanzar hacia una vivienda cercana.
Peritos localizaron cinco casquillos y un cartucho útil. También confirmaron que no había cámaras de vigilancia en la zona que pudieran aportar datos sobre la agresión o la ruta de escape de los responsables.
El cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Forense para la necrocirugía de ley. La Policía Ministerial continuará con las indagatorias, mientras que la familia exige justicia por este ataque que apunta a una emboscada directa y sin posibilidad de defensa para la víctima.