Odilón Larios Nava. – La esposa del hombre que murió tras el ataque a su domicilio en el fraccionamiento Misión de Morillotla, en San Andrés Cholula, denunció que el grupo delictivo que mató a su esposo la ha secuestrado y que incluso la tienen amenazada de muerte (a ella y sus hijas), si no les da el dinero que le exigen. La mujer de nombre Erika, de 40 años de edad, exige apoyo de la Fiscalía General del Estado (FGE).

El pasado 30 de mayo por la madrugada, 15 criminales sometieron y golpearon al vigilante del citado fraccionamiento. Después ingresaron hasta la casa de Arturo R. G., de 52 años de edad, donde abrieron fuego en repetidas ocasiones. Amenazaron a su esposa Erika y a sus hijas.

Los delincuentes robaron lo que encontraron y exigían que les entregaran dinero. Al huir dejaron gravemente lesionado a Arturo, quien fue llevado a un hospital, en donde murió poco después ese mismo día. El occiso era directivo de una empresa de valores.

La pesadilla no terminó ahí para esa familia, pues los ladrones los han acosado, robado e incluso secuestrado. La agraviada, de nombre Erika, de 40 años de edad, esposa del finado, ante el fundado temor de que le arrebaten la vida a ella y sus hijas, este lunes ofreció una rueda de prensa para hacer público lo ocurrido.

La mujer y su abogado de nombre Raúl Álvaro Villa, denunciaron que aunque hay dos carpetas de investigación por estos hechos, hasta el momento la Fiscalía General del Estado no ha avanzado en las indagatorias, pero acusan que incluso los agentes les han mencionado que no cuentan con recursos para brindarle protección.

La mujer relató: “Aquel día, entraron gritando, pidiendo y exigiendo dinero, nos decían que dónde estaba el dinero y empezaron a revolver toda la casa, closets y todo, a mi esposo ya le habían disparado, y ellos seguían disparando y saqueando la casa, nos pidieron mucha cantidad de dinero. Nos agarraron a mi hija y a mí, y nos seguían pidiendo, querían llevarse a una de mis hijas, pero como vieron que ya no había nada, la dejaron. A mi esposo lo asesinaron”.

Erika señaló que el 13 de julio fue privada de la libertad por siete delincuentes, quienes le hicieron saber que eran los mismos que habían matado a su esposo. Ante eso la mujer y sus hijas tuvieron que cambiar de domicilio, pero aún así volvieron a ser localizadas por los delincuentes.

Sobre este tema, la mujer mencionó: “Fui privada de la libertad cuando iba en el auto de mi esposo. Me sometieron dos hombres armados y me llevan al domicilio donde estaba yo. Me metieron a la casa, me empezaron a exigir dinero, me torturaron y me dijeron que eran los mismos que mataron a mi esposo, que querían dinero. Les dije que no tenía dinero y empezaron a saquear todo, insistieron en que todavía tenía cosas que saqué de la empresa”.

La mujer tiene fundado temor por la vida de sus hijas y la de ella, por lo que exige protección por parte de la Fiscalía General del Estado y del gobierno del estado.