Inspirado en la masacre de Columbine, ocurrida en 1999 en Colorado, Estados Unidos, y en el reciente ataque armado en el CCH de Ciudad de México, un estudiante de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), identificado como Brandon N., planeaba perpetrar una masacre escolar en la máxima casa de estudios.
Autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE), a través de la Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos de Violencia de Género contra las Mujeres, informaron que existía un riesgo real de que ocurriera una tragedia, derivado de las amenazas que el joven publicó en redes sociales mediante perfiles falsos.
Durante una conferencia de prensa celebrada este martes, la encargada de despacho, Karla Michelle Sala Sánchez, explicó que las investigaciones permitieron descubrir que el estudiante difundía mensajes violentos y misóginos, además de amenazas directas contra mujeres y la comunidad universitaria.
La funcionaria detalló que Brandon N. se identificaba en redes sociales como un “incel” (del inglés involuntary celibate, “involuntario célibe”), término usado por grupos virtuales radicales que se autodenominan “vírgenes involuntarios” y que desarrollan odio hacia las mujeres y hacia quienes consideran “populares” o “atractivos” dentro de la sociedad.
Derivado del análisis digital y de inteligencia, agentes de la FGE lograron ubicar y detener a Brandon N. en el fraccionamiento Jardines de San Manuel, al sur de la ciudad. Posteriormente se realizó un cateo en su domicilio, donde fueron asegurados un arma de fuego y varios dispositivos electrónicos con evidencia relacionada a las amenazas publicadas.
Las investigaciones también revelaron que el joven realizaba búsquedas en línea para elegir a sus potenciales víctimas, elaborando una especie de catálogo de estudiantes a quienes planeaba causar daño.
Por estos hechos, un Juez de Control impuso la medida cautelar de prisión preventiva justificada, mientras continúa el proceso judicial en su contra. La FGE destacó que la intervención oportuna evitó una catástrofe, pues existían elementos que apuntaban a un riesgo inminente de feminicidio y violencia escolar masiva.
Por su parte, la rectora de la BUAP reconoció el trabajo de las autoridades y anunció que la universidad reforzará los programas de atención psicológica y psiquiátrica para la comunidad estudiantil, a fin de prevenir conductas de riesgo y fortalecer la seguridad dentro de los campus.
El caso ha causado fuerte impacto entre la comunidad universitaria poblana, que reconoce que la rápida acción de las autoridades evitó una tragedia de grandes dimensiones.
