LA SILLA RESTAURANTE

El Juez Primero de lo Civil, Marco Antonio Gabriel González Alegría, perdió la oreja luego de ser parte de una riña en el restaurante La Silla, ubicado en Huexotitla. Según indicaron algunas personas en redes sociales, que dijeron ser testigos, el juez habría faltado el respeto a los ocupantes de una mesa en repetidas ocasiones y se la pasaron por alto hasta que presuntamente agredió verbalmente a una mujer y esto desencadenó una trifulca.
En las mismas redes sociales se informó que el Juez tiene antecedentes de violencia y prepotencia. Aseguran que hace alarde de su posición en el sistema de justicia para sentirse intocable y faltar el respeto así a otras personas.
Según las versiones difundidas en redes sociales el viernes por la noche, estando bajo los efectos de bebidas embriagantes, González Alegría, habría propiciado una riña. A él lo acompañaban cuatro personas del sexo masculino y se enfrentaron a dos hombres que defendieron a la mujer que presumiblemente había ofendido el Juez.
Como resultado de la riña, el Juez Primero de lo Civil, fue llevado al Hospital Guadalupe, donde fuentes extraoficiales indicaron que perdió la oreja.
Uno de los dos hombres con los que se enfrentó, entre ellos Christian Mayagoitia, quedó detenido y fue llevado ante el Ministerio Público para que le fincaran responsabilidades. Esto aunque en redes sociales se dijo que el responsable de la trifulca fue el Juez.
Aquí parte del mencionado mensaje compartido en redes sociales: «Desde que estos jóvenes llegaron, ese juez soberbio, junto con su banda de mafiosos, estaban gritando, emborrachándose y diciéndole cosas a los de esa mesa. Los de esa mesa estaban todos tranquilos y una hora después de llegar ya pidieron la cuenta, la pagaron y estaban por retirarse, cuando esté señor (que no debería ser juez) le dice una grosería a una de las chicas de esa mesa e intenta manosearla. Es entonces cuando uno de los jóvenes le dice algo y a lo que este juez, además de propasarse con la amiga, le arroja una botella (o un elemento contundente, no se veía bien que era). El joven lo esquivó (por suerte) y ahí empezó la pelea».
Hasta el cierre de esta edición no se sabía los avances del caso, es decir si se judicializaría o si las partes involucradas llegaron a algún acuerdo reparatorio.