Una emboscada brutal ocurrió al amanecer del sábado en la carretera federal Puebla–Tehuacán, a la altura de San José Carpinteros, en el municipio de Tepeaca, donde un joven de 23 años fue ejecutado a tiros tras una persecución de aproximadamente cien metros. El ataque, ocurrido en el kilómetro 32 del tramo correspondiente a Tepeaca, dejó además dos lesionados y una escena saturada de indicios balísticos: casi un centenar de casquillos entre calibres de arma corta y larga.
La víctima mortal, Oscar Eduardo V. H., de 23 años de edad, un mecánico originario de la zona de San Luis Ajajalpan, Tecali de Herrera, fue hallada sin vida en el asiento del conductor de una camioneta Dodge roja.
Presentaba múltiples heridas producidas por proyectiles de arma de fuego en cuello, hombro, brazo, tórax, costado, muslo y extremidades, así como fracturas ocasionadas por la misma agresión. La saña del ataque quedó evidenciada en la distribución de los impactos: al menos quince lesiones directas y varias por roce, además de fracturas en húmero y fémur.
Testigos y sobrevivientes narraron que otro vehículo los siguió durante varios metros hasta alcanzarlos. En ese punto, los agresores —encapuchados— abrieron fuego sin detenerse, privando de la vida al conductor e hiriendo a dos acompañantes, quienes fueron trasladados al Hospital General de Tepeaca. Tras la ejecución, los atacantes abandonaron en el sitio una camioneta Ford F-150 de color gris y escaparon corriendo en dirección a la comunidad de Carpinteros.
Dentro de esa unidad abandonada se localizó un arma corta tipo pistola, la cual quedó asegurada como parte de la evidencia. En total, peritos contabilizaron 22 casquillos de arma corta y 73 de arma larga, lo que revela el nivel de violencia y el armamento empleado. El cuerpo fue trasladado más tarde al anfiteatro de Puebla para la necropsia de ley.
Las autoridades aseguraron ambas camionetas relacionadas con el hecho y realizaron las diligencias correspondientes en la escena, donde también se observaron cámaras de vigilancia que podrían aportar información clave sobre la identidad de los agresores. El padre del joven llegó al punto para identificar el cuerpo, sumándose a la desgarradora jornada vivida sobre ese tramo carretero.
Este crimen se suma a los ataques armados que en las últimas semanas han estremecido la región de Tepeaca, donde células delictivas han incrementado su presencia y capacidad de fuego. La forma en que actuaron —rápido, preciso, con armas largas y abandonando su propio vehículo— apunta a una célula bien organizada y conocedora del terreno. Las investigaciones ya están en curso por parte de la Coordinación General Especializada en Investigación de Homicidios, de la Fiscalía General del Estado.