La muerte sorprendió a Noé R. R., justo cuando acudió a comprar unos dorilocos. Un sicario le arrebató la vida a balazos la noche del domingo, en la tiendita ubicada en la calle Jaime Torres Bodet número 51, en la Junta Auxiliar de San Diego Chalma, donde el hombre había llegado con la intención de calmar un antojo.

El crimen ocurrió de manera sorpresiva y con total violencia. Según relató la encargada del establecimiento a las autoridades, Noé, de 39 años de edad y vecino de la misma comunidad, llegó al negocio y pidió unos dorilocos. Ella comenzaba a prepararlos cuando se escucharon varias detonaciones de arma de fuego. Al mirar hacia el frente, lo vio ya tirado, ensangrentado y sin vida en el suelo.

El ataque fue directo. Las primeras versiones indican que se trató de una posible ejecución entre grupos delictivos, aunque no se descarta alguna otra línea de investigación. Noé presentó múltiples impactos de bala, algunos en el rostro —a la altura de los pómulos y de la oreja—, en el pecho y en la espalda. Las heridas fueron letales, por lo que perdió la vida de forma instantánea.

Minutos después arribaron paramédicos de Cruz Roja a bordo de la unidad PUE-373, quienes confirmaron que el hombre ya no tenía signos vitales. Policías municipales y estatales acordonaron el área para proteger la escena del crimen, mientras agentes de la Fiscalía General del Estado iniciaron las diligencias correspondientes.

La Coordinación General Especializada en Investigación de Homicidios Dolosos y peritos en criminalística realizaron el levantamiento del cadáver, mismo que fue identificado en el sitio por su esposa.

Las autoridades han iniciado una carpeta de investigación para esclarecer el móvil del asesinato. Hasta el momento, no hay reporte oficial de personas detenidas ni de testigos que hayan visto al o los agresores.

Lo que queda claro es que Noé no imaginó que el simple deseo de unos dorilocos sería el último acto de su vida.