Un violento intento de robo fue perpetrado la madrugada del domingo en las instalaciones de la Dirección de Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado de Puebla, ubicadas sobre la 5 Poniente número 1322 (esquina con 15 Sur), en pleno Centro Histórico de la capital. Ocho delincuentes armados, encapuchados y vestidos de negro ingresaron al inmueble, sometieron a las agentes de seguridad privada, las amarraron y permanecieron más de dos horas dentro del edificio tratando de abrir el cajero automático Santander… pero no lo lograron.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 2:47 de la madrugada. Según versiones de las policías auxiliares agredidas, los sujetos rompieron los candados de una puerta de acceso ubicada del lado de la Avenida 5 Poniente. Una vez dentro, las amenazaron con armas de fuego y las inmovilizaron con vendas, mientras uno de los delincuentes las vigilaba. El objetivo era claro: apoderarse del dinero almacenado en el cajero automático que se encuentra dentro del edificio gubernamental.
Durante ese tiempo, las trabajadoras sólo alcanzaron a escuchar el sonido de herramientas, probablemente cortadoras o sopletes, utilizadas por los delincuentes para intentar abrir el cajero. Sin embargo, la maniobra fue fallida, y tras más de dos horas sin éxito, los sujetos escaparon sin botín.
Uno de los detalles que llama la atención en este caso es que los delincuentes, al tener control del lugar, preguntaron por “la otra”, refiriéndose a la tercera policía auxiliar, identificada como Marisol S. R., quien no estaba presente. Según declaró, había solicitado permiso desde días antes para retirarse a las 19:30 horas del sábado. Fue hasta la mañana del domingo que se enteró del atraco y regresó por su cuenta a las instalaciones.
Aunque las puertas y el cajero presentaban claros daños por herramientas de corte, el cajero no fue vulnerado completamente y se descartó el robo del efectivo. La Fiscalía ya investiga el caso como un robo con violencia en grado de tentativa.
Afortunadamente, las trabajadoras resultaron ilesas, pero la vulnerabilidad de estas oficinas oficiales quedó expuesta en plena zona céntrica de la capital poblana.