La Procuraduría de Justicia (PGJ) capitalina rescató a seis menores de edad y a dos mayores, que eran explotados por un matrimonio que los trajo de provincia, prometiéndoles trabajo vendiendo dulces y frituras, pero luego dejó de pagarles por cobrarles renta por hospedaje y comida.

Ayer, la Fiscal para el combate a la Trata, Juana Camila Bautista, dio a conocer la investigación que comenzó luego de que les reportaron que en Zona Rosa, la Condesa y la Roma, había niños que eran obligados a vender dulces.

Los agentes de la dependencia se dedicaron a indagar y descubrieron que todos vivían en un predio de la colonia Exhipódromo de Peralvillo.

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Tras entrevistar a algunos de ellos, descubrieron que un matrimonio los había traído de distintos pueblos en Chiapas, Veracruz y Puebla, con la promesa de darles comida, casa y además un trabajo vendiendo dulces.

Sin embargo, una vez en la ciudad, les dijeron que ellos tenían que pagar su propio hospedaje, su alimento y una renta semanal. Además de trabajar cuando menos ocho horas seis días de la semana.

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Así, los agentes rescataron a los seis menores, a dos adultos y detuvieron a la mujer que los explotaba. Su marido, escapó.

“El delito de trata de personas, en su modalidad de explotación laboral infantil, afecta el cumplimiento de los derechos previstos a favor de las niñas y los niños víctimas de este ilícito y constituye un riesgo, para la integridad física de los infantes”, explicó la fiscal Bautista.

Fuente: http://razon.com.mx/spip.php?article351131