La detención de Alejandro N., comandante de la Fiscalía Especializada en Desaparición Forzada, provocó una sacudida al interior de la Fiscalía General del Estado (FGE): cuatro agentes especiales de investigación presentaron su renuncia esta misma semana. La fiscal del estado Idamis Pastor Betancourt, no descartó que pudieran tener nexos con criminales y anunció que continuará con el proceso de depuración de la institución que encabeza, y de otras corporaciones policiales de la entidad.
El mando fue detenido el pasado lunes 28 de julio, acusado del delito de intimidación.
Según la versión oficial, habría amenazado con un arma de fuego a una persona para impedir que denunciara los actos delictivos de Federico N., alias “El Patuleco”, un criminal ligado a la desaparición de al menos 20 personas en Puebla.
La aprehensión ocurrió cuando Alejandro N. estaba por llegar a su centro de trabajo en la calle 16 de Septiembre. La Fiscalía confirmó que tras ser capturado, fue presentado ante un juez, quien le impuso prisión preventiva mientras se define su situación jurídica. Permanece recluido en el penal de San Miguel.
Este caso destapó una red de posibles vínculos entre personal ministerial y grupos criminales.
Aunque la titular de la FGE, Idamis Pastor Betancourt, se reservó los nombres de quienes renunciaron, reconoció que sus salidas están relacionadas con la detención del comandante.
“Derivado de la detención del comandante, hubo varias renuncias… No quiero decir que quienes renunciaron estén involucrados, porque no tengo pruebas, pero también solitos se están yendo”, dijo la fiscal en conferencia de prensa.
Además, reveló que hay una nueva carpeta de investigación abierta contra otro integrante de la FGE, presuntamente también ligado a actividades ilícitas.
Respecto a “El Patuleco”, fue detenido el pasado 7 de junio. Las autoridades lo invesigan por estar presuntamente relacionado con la desaparición de más de 20 personas, a quienes presuntamente habría matado; también lo señalan como responsable de utilizar a mujeres en situación vulnerable para prostituirlas a cambio de droga. Y de reclutar jóvenes como halcones y distribuidores de droga, y se le liga con bandas dedicadas al robo de transporte de carga en carreteras.
El caso ha evidenciado los niveles de infiltración criminal dentro de corporaciones encargadas de investigar delitos de alto impacto. La fiscalía poblana ha prometido continuar con el proceso de depuración interna.