Ernesto Orea, interno del penal de San Miguel acusado de operar esquemas de corrupción y extorsión al interior del reclusorio, fue trasladado al penal de mediana seguridad de Tepexi de Rodríguez la noche del lunes 18 de agosto.
De acuerdo con información obtenida, elementos penitenciarios realizaron una inspección en San Miguel y, tras la revisión, se concretó el cambio de reclusorio de Orea, considerado uno de los personajes con mayor control en ciertas áreas internas.
A este hombre se le atribuye el cobro por el uso de teléfonos celulares, así como el manejo de “cuotas” para permitir actividades como la visita íntima, el acceso a celdas de observación y hasta el funcionamiento de talleres como carpintería. Internos y familiares denunciaron que también exigía pagos para evitar agresiones físicas, lo que generó un clima de temor en el penal poblano.
El nombre de Orea cobró mayor notoriedad el pasado 3 de agosto, cuando apareció una manta colgada en una reja del Cereso de San Miguel en la que se hacía alusión a su supuesta influencia y respaldo interno. El mensaje fue retirado en minutos, pero encendió las alertas y derivó en el inicio de investigaciones ministeriales y administrativas.
Días después, el 5 de agosto, un grupo de familiares de reclusos se manifestó sobre el Periférico Ecológico, a la altura de la unidad habitacional La Guadalupana, para exigir la reubicación de este personaje, al que señalaron de operar bajo la fachada de ser parte del Cártel Jalisco Nueva Generación, con lo que incrementaba la intimidación.
Los inconformes también acusaron que Orea mantenía beneficios gracias al respaldo de funcionarios penitenciarios, lo que le permitía consolidar sus negocios ilegales dentro de San Miguel.
En respuesta a los señalamientos, la Secretaría de Seguridad Pública estatal negó que existiera protección a su favor, aunque informó que se abrirían investigaciones internas para deslindar responsabilidades y garantizar que los procesos en los penales se apeguen a la legalidad y al respeto de los derechos humanos.
Con el traslado a Tepexi de Rodríguez, se busca cortar de raíz la red de poder que Orea presuntamente mantenía en San Miguel, aunque familiares de internos aseguran que aún falta desmantelar la estructura de complicidades que permitió su operación.