Un pastel carbonizado fue el causante de una tragedia en la ciudad de Puebla, donde José Gustavo M. G., de 50 años, perdió la vida al inhalar el humo que se generó durante un incendio en su domicilio, ubicado en la colonia Guadalupe Victoria Norte.

Los hechos ocurrieron al mediodía en la vivienda marcada con el número 6806, en la calle 9 Norte, entre la 68 y la 70 Poniente.

Vecinos se percataron del denso humo que emanaba de la casa y de inmediato solicitaron el apoyo de los servicios de emergencia. Al lugar arribaron elementos del cuerpo de bomberos del estado, quienes enfrentaron dificultades para ingresar, ya que la puerta principal se encontraba cerrada.

Gracias a la cooperación de un vecino, los bomberos lograron acceder por la parte trasera del inmueble. En el patio trasero hallaron tres cilindros de gas: dos de 20 kilos y uno de 30 kilos, uno de los cuales abastecía un horno en el interior de la casa. Dentro del horno, encontraron un pastel completamente carbonizado, el cual se estaba incendiando y generando una gran cantidad de humo.

Los bomberos procedieron a apagar el horno y a ventilar la casa, abriendo puertas y ventanas para dispersar el humo. Sin embargo, cuando los paramédicos de SUMA, que arribaron en la ambulancia número 272, revisaron a José Gustavo, confirmaron que ya no presentaba signos vitales.

Según las primeras investigaciones, la causa del deceso fue la intoxicación por inhalación de humo y no por quemaduras, ya que el fuego no se propagó a otras áreas del inmueble.

Tras la confirmación de la muerte, policías municipales aseguraron el domicilio y dieron intervención a la Fiscalía General del Estado. Personal especializado en delitos contra la integridad corporal realizó las diligencias correspondientes y llevó a cabo el levantamiento del cadáver. El cuerpo de José Gustavo fue trasladado al anfiteatro de la ciudad de Puebla para la necrocirugía de rigor.

Este lamentable incidente deja en evidencia los peligros que pueden derivarse de un simple descuido al hornear, convirtiendo lo que debía ser una tarea cotidiana en una tragedia.