Raúl S. F., conocido como «Tito», de 23 años, fue brutalmente asesinado el viernes por la noche en Santa María Malacatepec, municipio de Santa Clara Ocoyucan. Con siete disparos, cinco de ellos en la cabeza, y dos más en la espalda y el pecho, su cuerpo quedó tendido en la vía pública sobre la calle Emiliano Zapata (también llamada Camino Tenayo), frente al número 117.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 09:30 de la noche, a pocas calles de su domicilio. Raúl había salido en la tarde-noche acompañado de su madre para llevarla a la parada de la ruta Malacatepec. Al regresar, pidió 100 pesos a su padre y salió nuevamente sin informar su destino.
Poco después, sus familiares escucharon las detonaciones de arma de fuego y recibieron la noticia de que Raúl había sido atacado.
Al llegar al lugar del crimen, encontraron a paramédicos y policías municipales resguardando la zona.
Las autoridades confirmaron que Raúl había sido acribillado con múltiples disparos, destacando los cinco impactos en su cabeza. En la escena, la policía encontró y embaló nueve casquillos de calibre .380, evidencia crucial para la investigación.
La policía municipal y estatal aseguraron el área para preservar los indicios, mientras solicitaban la intervención de la Fiscalía General del Estado. Agentes de la Coordinación General Especializada en Investigación de Homicidios Dolosos y peritos en criminalística realizaron las diligencias correspondientes para el levantamiento del cadáver y la recolección de pruebas.
El cuerpo de Raúl fue trasladado al anfiteatro a bordo de un vehículo de la Unidad de Traslados y Recuperación de Cadáveres (UTREC).
Hasta el momento, se desconocen las razones detrás de este asesinato, que ha conmocionado a la comunidad local.
Las autoridades han iniciado una carpeta de investigación bajo el número FGEP/CDI/CGEIHD/Homicidios-1/000492/2024, y están trabajando para esclarecer los hechos y encontrar a los responsables de este violento crimen.
La comunidad de Santa María Malacatepec permanece en estado de alerta y consternación, mientras la familia de Raúl busca respuestas y justicia para su hijo.
Este asesinato resalta la necesidad urgente de mejorar la seguridad en la región y de investigar a fondo los motivos detrás de estos actos de violencia que afectan a los pobladores de Ocoyucan.