Familiares, activistas y amigos de Zyanya Estefanía, la mujer que se quitó la vida en su departamento del fraccionamiento Real de Zavaleta en mayo del 2018, fueron desalojados violentamente por personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) violentando los derechos de los manifestantes a los que además de empellones los rociaron con gas lacrimógeno. Las personas, entre ellos los padres de Zyanya Estefanía, buscaban una audiencia con el fiscal general Gilberto Higuera Bernal, pero en lugar de recibirlos fueron desalojados con violencia de la entrada del edificio central de la FGE. Los familiares argumentan que la muerte de Zyanya, que se desempeñaba como médico pediatra en el Hospital del Niño Poblano y el Hospital General del Sur, es un feminicidio y aseguran que ha habido deficiencias en las investigaciones. Tras ser desalojados de la entrada al edificio, los manifestantes se encadenaron a los barrotes del portón que protege el edificio. Esperaban ser recibidos por el fiscal para que escuchara sus inconformidades. INVESTIGACIONES CONFIRMAN QUE FUE UN SUICIDIO Fuentes ministeriales consultadas por este diario dieron a conocer que desde el primer momento que tomaron conocimiento de la muerte de la mujer todos los indicios encontrados confirmaron que se trató de un suicidio. Lo anterior fue confirmado por la necropsia de ley, por las diversas recreaciones de la escena que se han realizado y por los análisis de los indicios, entre ellos la carta póstuma que dejó Zyanya Estefanía y así como declaraciones de su compañera de vivienda y los compañeros de trabajo de la pediatra. Las fuentes consultadas indicaron que los familiares de la ahora occisa en un primer momento pusieron en duda que la joven pediatra hubiera escrito la carta póstuma. Indicaron que la misiva póstuma fue enviada con un grafólogo forense quien confirmó que la carta fue escrita por Zyanya. Por otra parte, indicaron que se han realizado diversas recreaciones de la escena y han interrogado a la compañera de vivienda, así como a los compañeros de la ahora occisa, todos han mostrado disposición a colaborar con las autoridades cada vez que han sido requeridos y mantienen consistencia en sus declaraciones. En resumen, las fuentes consultadas afirman que las investigaciones y pruebas periciales realizadas, así como la necrocirugía, son consistentes, se trata de un lamentable suicidio y en la carta póstuma la joven mujer refiere parte de su sentir en la vida. Lo escrito en la carta se corresponde con la descripción que de ella hicieron sus compañeros de trabajo a las autoridades: “era una persona reservada, ermitaña, que no compartía mucho de su vida”. Cabe señalar que en un primer momento los familiares argumentaron que Zyanya fue víctima de “mobbing” – término equivalente al bullying pero en el trabajo –, ese señalamiento no prosperó. Posteriormente a ello hicieron surgir la hipótesis del feminicidio.