Odilón Larios Nava / @odylarios

Madres que además cumplen la enorme labor de policías, se enfrentan todos los días a la dificultad de combinar ambas facetas de sus vidas. Sin embargo, el amor a sus hijos y la pasión por su trabajo, hacen que siempre superen todos los obstáculos.
Este es el caso de Neyva Anahí, de 28 años, quien es policía de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSP), y quien desde hace un año se enfrenta a los retos de ser madre y a la vez guardiana del orden.
En entrevista con este diario, Neyva, quien tiene un hijo de 7 años, relató: “Es muy difícil ser policía y madre al mismo tiempo. Todos los días sales de la casa teniendo siempre presente que existe la posibilidad de no volver con vida, pero hay necesidades que cubrir, y hay que trabajar y dar lo mejor de uno mismo”.
Relató que hace un año se enlistó en la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, como policía. Antes de eso era ama de casa y solía pasar casi todo el día con su pequeño. Su trabajo como guardián del orden le lleva a cubrir turnos de 24 horas de trabajo por 24 de descanso. El trabajo la ha alejado de su hijo, y considera que esto es lo más difícil a lo que se enfrenta, sin embargo, necesita y disfruta su profesión.
“Pero debo trabajar, no cuento con el apoyo del papá del niño, así que hay que luchar para tener el sustento” dijo convencida. Destacó que afortunadamente cuenta con el apoyo de su mamá, y ella, la abuelita, es quien le da soporte y le ayuda a cuidar al pequeño.
“Ha sido difícil, pues mi hijo también ha resentido este alejamiento, algunas veces me ha pedido que deje de trabajar, pero no puedo, necesito el trabajo” dijo con voz triste.
Neyva Anahí, mencionó que ella solo cuenta con estudios de preparatoria, pero que su objetivo es cursar la carrera en Derecho, para tener mejores oportunidades de crecimiento en la corporación e incluso de autoempleo, para así poder tener una vida más cómoda para ella y el amor de su vida, su hijo.
Neyva, quien durante esta entrevista portaba su uniforme completo, incluso la gorra, no pudo contener las lágrimas cuando le pedimos que enviara un mensaje a su hijo: “Hijo, sabes que te amo, que eres mi motor, y que por ti soy capaz de hacer muchas cosas, sé que no estoy todo el tiempo contigo…” y el llanto no la dejó continuar.
Además de estas dificultades personales que chocan con la labor policial, Neyva dijo que además deben enfrentarse con la sociedad, que no entiende el trabajo del policía: “A la gente le pediría que se calmara, nosotros estamos para apoyarlos, no estamos en su contra y por supuesto no estamos a favor de los delincuentes”.
Sobre este tema, indicó que recién había entrado a la policía, la enviaron al grupo antimotines y su primer caso en el que tuvo que intervenir fue en un intento de linchamiento de un par de ladrones de vehículos en Acatzingo: “Ese día sentí la adrenalina de la gente, el rencor, el coraje. Nos lanzaron de todo, piedras, ladrillos, botellas. La realidad me enseñaba que es muy diferente a la capacitación en la academia”.
Ante esas situaciones considera que es muy importante el papel de las mujeres en casos como estos, porque tienen una capacidad innata para mediar y mejores dotes de comunicación con la sociedad. Considera que esta es una de las muchas aportaciones que las mujeres hacen a los cuerpos policiales, además de poder desempeñarse a la par de cualquier hombre en las actividades propias de los policías. “Yo y mis compañeras, vamos a los operativos, circulamos, participamos en la vida operativa” dijo orgullosa de la labor de las mujeres.
“Aún hay compañeros que no entienden que este trabajo también es para las mujeres, pero cada vez son menos” finalizó.