Dos policías estatales fueron acribillados la madrugada de este domingo mientras resguardaban un inmueble asegurado por la Fiscalía General de la República (FGR), en la zona de Chachapa, perteneciente al municipio de Amozoc, Puebla. El hecho ocurrió alrededor de las 2:40 de la mañana en el camino a San Cristóbal, a un costado de la empresa REGSA. Hay malestar entre los policías pues aseguran que la patrulla con la que hacían el resguardo está inservible, solo la utilizaban como caseta para resguardarse del mal tiempo, pero ni siquiera arranca, aseguran.

Los oficiales Luis Antonio Valerio Rodríguez (con mucha experiencia) y Julio César Flores Guerra (de los policías nuevos, con apenas seis meses en la corporación) se encontraban en la patrulla PE-1144 cuando fueron sorprendidos por sujetos armados que les dispararon en múltiples ocasiones y a corta distancia. Ambos elementos fallecieron en el lugar, al interior de la unidad, a consecuencia de los impactos de armas de grueso calibre.

El inmueble que resguardaban estaba asegurado desde el 19 de diciembre por la FGR, tras el hallazgo de una toma clandestina y de vehículos presuntamente utilizados para el robo de combustible, incluidos varios con reporte de robo. Por protocolo, la vigilancia quedó a cargo de la Policía Estatal.

Las diligencias ministeriales concluyeron hasta las 11 de la mañana. Personal de la Fiscalía General del Estado, específicamente de la Coordinación General Especializada en Investigación de Homicidios Dolosos, encabezó las investigaciones con apoyo de peritos en criminalística. Los cuerpos fueron trasladados al anfiteatro de la ciudad de Puebla por personal de la Unidad de Traslados y Recuperación de Cadáveres (UTREC) para realizar las necropsias correspondientes.

POLICÍAS ESTATALES ASEGURAN QUE PATRULLAS EN RESGUARDOS ESTÁN INSERVIBLES

Este doble homicidio ha generado fuerte indignación entre los elementos de la Policía Estatal. A través de fuentes internas, se dio a conocer que las unidades que son asignadas para resguardar este tipo de inmuebles se encuentran en condiciones mecánicas deplorables, muchas veces inservibles. La patrulla PE-1144 no era la excepción, aseguran que ni siquiera arranca, lo que significa que solo la ocupaban como caseta de vigilancia para resguardarse del mal tiempo.

Los compañeros de los policías asesinados también cuestionan que, pese al alto riesgo que representa esta zona —identificada como punto rojo por la presencia de grupos dedicados al robo de hidrocarburo—, los mandos solo asignan a uno o dos elementos para el resguardo, sin refuerzos ni condiciones adecuadas.

Los uniformados exigen una investigación profunda no solo para dar con los responsables materiales del ataque, sino también para que se sancione a quienes han permitido que se utilicen patrullas inservibles en operativos de alto riesgo. Demandan una respuesta institucional inmediata y acciones concretas que garanticen la seguridad de los elementos en campo.

La Fiscalía del Estado continúa con las investigaciones, mientras crece la presión interna para que se corrija el abandono que, denuncian, padecen quienes arriesgan su vida en el cumplimiento del deber.