Luego de dos años y medio de lucha constante, Felipe Carpinteiro, conocido como “Felipe Carpy”, vio justicia al lograr que los dos responsables del ataque que lo dejó en silla de ruedas fueran sentenciados a 28 años de prisión. Los delincuentes, Alexander N., de 21 años, y Alejandro Manuel N., de 35, recibieron una condena que deberán purgar en el penal de San Miguel por tentativa de homicidio, robo y violencia agravada.
En entrevista con medios de comunicación, el activista de 32 años expresó que la audiencia para individualizar las sanciones se celebró el pasado miércoles 18 de diciembre.
Durante varias horas, el juez analizó el caso y determinó imponer 23 años y 4 meses por tentativa de homicidio, 3 años, 7 meses y 15 días por robo, y 1 año y 9 meses adicionales por el uso de violencia.
“Un ciclo que cierra con justicia”
Felipe compartió que el proceso fue desgastante en términos emocionales, físicos y económicos, al grado de considerar abandonar el caso.
Sin embargo, señaló sentirse en paz y agradecido porque las autoridades, incluyendo el Ministerio Público, su abogado y el juez, actuaron con empatía y compromiso.
“Fueron meses agotadores, pero al final se hizo justicia. Ahora puedo cerrar este capítulo y seguir adelante”, mencionó.
Además, reconoció que su caso sirvió de inspiración para la creación de la “Ley Carpy”, que garantiza atención médica y psicológica permanente a víctimas de delitos en Puebla.

El asalto que marcó su vida
El 1 de junio de 2022, Felipe fue interceptado por dos sujetos mientras circulaba en su camioneta tras retirar 300 mil pesos de un banco en la colonia Universidades. Los delincuentes lo obligaron a bajar del vehículo y, al resistirse, le dispararon en pecho y costillas. Aunque los atacantes huyeron con el dinero, fueron detenidos poco después gracias a un operativo policial.
El ataque dejó a Felipe con un daño irreversible en la médula espinal, lo que lo confinó a una silla de ruedas de por vida.
Sin embargo, su fortaleza y activismo se mantuvieron intactos, siendo una figura destacada en la defensa de los derechos animales y la protección de la naturaleza.
Con esta sentencia, Felipe Carpinteiro cierra un capítulo amargo de su vida, pero continúa siendo un ejemplo de lucha y resiliencia para la sociedad poblana.














