Un grupo armado retuvo y golpeó a tres policías municipales de Palmar de Bravo, en los límites de ese municipio con la comunidad de Enríquez, en Quecholac. Se presume que los agresores pertenecen a la banda de un “capo local” conocido como Giovanni, quien presuntamente en el pasado se desempeñó como policía ministerial.

Fue la noche del sábado cuando se registró esta agresión. Los uniformados de Palmar de Bravo realizaban recorridos de vigilancia por la carretera que va a Santa Cruz Ocotlán. En el trayecto, hombres armados a bordo de dos camionetas los interceptaron.

Los delincuentes portaban armas largas, rifles de asalto, las armas incluso contaban con láser para ser más precisas. Los tres policías fueron desarmados, obligados a hincarse y así es como los golpearon con las cachas y culatas de las armas.

Después de golpearlos e increparlos, los cerca de 20 delincuentes armados les permitieron marcharse. Cuando estaban en marcha, les colocaron las armas de cargo en la batea de la patrulla y les ordenaron no voltear a ver.

Los policías quedaron muy golpeados, así es como llegaron a su comandancia, en donde avisaron lo ocurrido. Fueron atendidos por paramédicos, afortunadamente ninguno de ellos tiene en riesgo su vida.

EL GIOVANNI

Fuentes consultadas indicaron que, se presume que los policías fueron agredidos por un peligroso grupo criminal liderado por un sujeto conocido como Giovanni. Este hombre se ostenta como exagente ministerial y los miembros de su banda, según reportes policiales, se visten como si se tratara de un “grupo táctico”.

Las fuentes consultadas indicaron que El Giovanni, usa fachada de empresario de la región, pero que en realidad se le relaciona con la distribución de drogas, incluso se señala que controla diversas “cachimbas” de la región (una cachimba es un pequeño restaurante a orilla de las carreteras en donde además de alimentos y bebidas suele haber venta de drogas y prostitución).

Las fuentes consultadas se preguntan por qué las autoridades no han hecho nada para combatir a este grupo delictivo, el cual aseguran no se esconde y es fácil verlos armados por las calles y carreteras. “No entendemos por qué no les hacen nada, si andan a cara de perro”.