El cadáver de un hombre fue hallado con evidentes huellas de tortura y un presunto narcomensaje en la colonia San Antonio, sobre la calle Ferrocarril, esquina con calle La Bastida, en el municipio de Santa María Coronango. El cuerpo que no llevaba más de algunas horas sin vida, ya mostraba signos de haber sido carcomido en la pierna izquierda por la fauna del lugar, se encontraba acompañado de dos placas de circulación del estado de Tlaxcala.
El mensaje, escrito en una cartulina blanca, advertía: “Eso le pasa a secuestradores, rateros y violadores”. La cartulina estaba encima del cadáver, que yacía bocarriba, las placas hicieron las veces de pisapapel para evitar que el aire la volara.
El ahora occiso vestía un pantalón de mezclilla azul claro, tenis y calcetas blancas, además de una sudadera color café claro. Era de complexión media, tez morena clara, cabello corto y estatura mediana. Hasta el momento, permanece en calidad de desconocido.
Paramédicos del Sistema de Urgencias Médicas Avanzadas (SUMA) confirmaron el deceso al llegar al lugar. Según las primeras investigaciones, el hombre no presentaba signos vitales y su cuerpo mostraba posibles indicios de tortura, la pierna izquierda estaba comida por la fauna, reducida a huesos, desde debajo de la rodilla hasta la pelvis.
Elementos de la policía municipal de Coronango fueron los primeros en responder y asegurar el área. Posteriormente, agentes de la Policía Estatal colaboraron en el resguardo, mientras que peritos de la Fiscalía General del Estado realizaron el levantamiento del cadáver y recolectaron evidencias.
Entre los indicios recolectados destaca el narcomensaje escrito en una cartulina de color blanco, considerado clave en la investigación, además de las placas de circulación, que podrían estar relacionadas con el crimen.
Se espera que en las próximas horas los familiares de la víctima acudan a identificar el cuerpo, lo que podría proporcionar información sobre sus actividades y ayudar a definir una línea clara de investigación.
Este caso refuerza la ola de violencia vinculada al crimen organizado en la región, situación que preocupa a los habitantes de Coronango y a las autoridades locales.
El inicio de las investigaciones y el levantamiento del cadáver estuvieron a cargo de agentes de la Coordinación General Especializada en Investigación de Homicidios Dolosos y peritos en criminalística. El cuerpo fue llevado al anfiteatro de la ciudad de Puebla en una camioneta de la Unidad de Traslados y Recuperación de Cadáveres.