Estudiantes y profesores de la BUAP, mujeres, hombres, familiares de las víctimas de feminicidio y la 28 de Octubre, realizaron una marcha para exigir a las autoridades poblanas políticas públicas apropiadas para combatir este delito y celeridad en las investigaciones de estos arteros asesinatos, para hacer justicia a los deudos.
Aunque a la marcha fueron invitadas mujeres ampliamente reconocidas en el ámbito social mexicano, como Carmen Aristegui, Lydia Cacho, Jesusa Rodríguez y Blanche Petrich, estas no acudieron en persona pero apoyaron esta exigencia de justicia por medio de enlaces vía Skype.
La marcha estuvo organizada por colectivos poblanos a favor de los derechos de las mujeres. Estas organizaciones contaron con el apoyo de parte de la comunidad estudiantil de la BUAP y de algunos de los profesores de la máxima casa de estudios. También de los padres y hermanos de las jóvenes que han sido asesinadas en los últimos años.
Se estima que participaron en esta exigencia de justicia cerca de 300 personas, mujeres con pancartas, con playeras pintadas con cruces rosas, algunas con veladoras en las manos y algunos otros con flores. Marcharon desde la facultad de Computación de la BUAP hasta el parque Juárez, donde se escucharon los discursos de varios de los participantes en esta marcha, así como los pronunciamientos de las personalidades mencionadas más arriba.
Las voces de los participantes también exigen a las autoridades estatales que declaren la alerta de género para que se puedan establecer acciones concretas y efectivas para combatir este triste y lamentable fenómeno criminal, que cada vez es más común en Puebla.
Después la manifestación, en todo momento ordenada y dando muestras de civilidad, acudió frente a la Fiscalía General del Estado (FGE), para exigir a su titular Víctor Antonio Carrancá Bourget investigaciones prontas y expeditas para hacer justicia en los casos de feminicidios.
En las escalinatas de acceso a la FGE los manifestantes colocaron una gran cruz hecha con los ramos de flores que llevaban, así como con las veladoras. El grito que resonó a través de los fríos cristales de la Fiscalía fue el de “¡Justicia!”.