Atroz crimen se suscitó este lunes en la comunidad de Agua Dulce en el municipio de Tilapa, en la mixteca poblana. Un presunto criminal y distribuidor de drogas mató a un niño de 6 años en su propio domicilio, le disparó en el rostro. El padre del menor reaccionó rápidamente y cobró venganza: mató a martillazos al criminal. El cuerpo del infanticida fue encontrado con el martillo incrustado en la cabeza. El padre del niño escapó.

Los hechos ocurrieron al filo de las tres de la tarde de este lunes en la calle 16 de Septiembre esquina con Sor Juan Inés de la Cruz, en la comunidad de Agua Dulce. De estos hechos tomaron conocimiento la policía municipal de Tilapa, la policía estatal y la ministerial.

De acuerdo con fuentes policiales un hombre llamado Rogelio B. S., de 48 años de edad, vecino de esa misma población, llegó a la casa del niño. Rogelio, según fuentes policiales era un presunto distribuidor de drogas de aquella región, quien solía ocupar adolescentes para la distribución de las sustancias que comercializaba. Además, a ese sujeto también se le relaciona con varios asesinatos ocurridos en aquella región, como el caso de un “entambado” encontrado en el mes de noviembre y de un hombre hallado muerto en un canal de aguas de riego en Atzala, entre otros crímenes. Es decir, autoridades policiales consideraban a Rogelio como un “pájaro de cuenta”.

Este lunes, ese peligroso sujeto, Rogelio se armó con su escopeta y llegó hasta la casa en mención, se presume que buscaba atacar a un adolescente, pero al tocar la puerta quien abrió fue el niño de 6 años y el homicida le disparó. El niño recibió las postas en el rostro, fue llevado al Centro de Salud y Servicios Ampliados (CESSA) de Izúcar de Matamoros en donde los médicos informaron a sus familiares que había muerto.

Cuando Rogelio disparó contra el niño, el padre del menor no lo pensó dos veces y enfrentó al matón. Logró lesionarlo con un martillo hasta arrebatarle la vida. La escena, indicaron fuentes policiales era grotesca, pues el cadáver de Rogelio quedó con el martillo incrustado en la cabeza, a su lado la escopeta con la que mató al niño y dos cartuchos percutidos.

El padre del menor, según fuentes policiales, escapó para evitar ser detenido, aunque actuó defendiendo a su pequeño hijo. Hasta el momento no se ha especificado si el actuar del padre del pequeño pueda ser considerado como legítima defensa.

Fuentes policiales precisaron que Rogelio, quien era adicto a las drogas, era un criminal sumamente peligroso, que además corrompía a la juventud. Era señalado de haber matado a un hombre llamado José Leonardo, a quien Rogelio le taladró la cabeza y después escondió el cadáver en un tambo.

A Rogelio también se le vincula con otro homicidio ocurrido en septiembre del 2020, el de un hombre que fue hallado muerto, con las manos amarradas a la espalda, en un canal de riego del municipio de Atzala. Se presume que cometió otros crímenes. “Era un verdadero demonio” señalaron fuentes policiales.