Dos hombres, padre e hijo, de ocupación plomeros, murieron al perder el control de su vehículo que era conducido a exceso de velocidad. Una vez que el conductor perdió el control del coche se impactaron contra la barda del domicilio que se encuentra en la 11 Sur y la calle Francisco Javier Mina, en Mayorazgo.

De acuerdo con fuentes extraoficiales en el vehículo y los cuerpos se percibía un fuerte olor a licor, por lo que se espera conocer con certeza, después de la necropsia, si se encontraban o no bajo los efectos de bebidas embriagantes.

El percance ocurrió alrededor de las 03:37 horas de este miércoles, en la Prolongación de la 11 Sur esquina con calle Francisco Javier Mina, en la colonia Mayorazgo. Cuando José Marcelo L. V., de 48 años de edad y su hijo Diego Ulises L. Z., de aproximadamente 28 años de edad, circulaban en un automóvil Grand Marquis, color guinda, con placas del estado de Puebla (de las anteriores, de color azul).

De acuerdo con las imágenes catadas por las cámaras de seguridad del domicilio marcado con el número 55 de la Prolongación de la 11 Sur, donde se impactó el vehículo, se observa que el coche es conducido a exceso de velocidad, al parecer el conductor no se percata del tope ubicado en la Prolongación de la 11 Sur y Francisco Javier Mina, lo que hace que pierda el control y se impactada contra los rieles metálicos de protección (a manera de bolardos) que colocaron los dueños del domicilio, y por la misma velocidad que llevaba derribó algunos de esos rieles de 3 octavos y de al menos un metro de altura.

El automóvil después se impactó contra la barda y abrió un gran boquete, como de película. El carro quedó volcado sobre su costado derecho. Cuando los técnicos en urgencias médicas de SUMA llegaron al lugar revisaron a los dos tripulantes y encontraron que estaban muertos.

Peritos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Puebla (SSC) realizaron el aseguramiento del lugar y encabezaron las diligencias del levantamiento de los cadáveres, los cuales posteriormente fueron trasladados al anfiteatro de la ciudad a bordo la camioneta de la Unidad de Traslados y Recolección de Cadáveres (UTREC).

Los ahora occisos eran padre e hijo, quienes eran de oficio plomeros, vivían al sur de la ciudad en la colonia Lomas de San Valentín, por lo que se presume al momento del percance se dirigían a su domicilio.

Fuentes ciudadanas indicaron que José Marcelo y Diego Ulises, respectivamente, dejaron en la orfandad a dos menores de edad.

ESQUINA MORTAL

Los propietarios del inmueble siniestrado aprovecharon la presencia de los medios de comunicación para solicitar a las autoridades municipales una solución, pues afirman que los choques (al menos tres de ellos en los últimos años han sido mortales) en esa esquina son cosas que ocurren prácticamente a diario.

Cabe resaltar que en ese lugar, justo atrás de la clínica 8 del IMSS, la Prolongación de la 11 Sur hace una curva pronunciada a la derecha y metros adelante se forma otra curva pero a la izquierda. Los automovilistas a lo largo de los años se han estampado contra esa pared del domicilio señalado causándole daños al inmueble.

Por ello el propietario del lugar ha tomado varias medidas obteniendo la aprobación de las autoridades municipales en el pasado. Indicó en una plática sin micrófonos que, él colocó el tope, el semáforo, y una señalética de gran tamaño que indica que la velocidad en ese tramo es de 30 kilómetros por hora. Para resguardar su inmueble ha colocó unos rieles gruesos de metal, pero aún así su casa no se ha salvado de los impactos vehiculares.

Es por ello que el hombre y su esposa solicitan al ayuntamiento de Puebla que coloque otro reductor de velocidad metros antes del que se encuentra en la 11 Sur y la calle Francisco Javier Mina, para que así los autos se vean obligados a disminuir la velocidad desde antes y de esa forma se eviten percances en lo sucesivo.

Vecinos de la zona entrevistados por este diario confirmaron la solicitud de los propietarios de la casa, indicaron que esa es una zona escolar, donde además cruzan muchas personas que van a la clínica, por lo que solicitan la colocación de otro reductor de velocidad.

Como dato que llama la atención hay que decir que hace cerca de diez días ocurrieron dos choques en ese mismo sitio, una de las aseguradoras de esos vehículos aún debe el pago a los afectados.

El propietario informó que, de hecho la pared acababa de ser reparada el martes por la tarde: “Apenas ayer se fueron los albañiles, terminaron de arreglar la pared por los otros choques y unas horas después ocurrió esto”. La situación de los impactos vehiculares en su domicilio ya lo tiene desesperado y solicita una solución a las autoridades.