Una mujer de la tercera edad y su yerno fueron ejecutados a balazos la noche del lunes, en la colonia La Nopalera, en la comunidad de Calipan, en el municipio de Coxcatlán en la Sierra Negra. Un adicto que había acudido a comprar cristal resultó lesionado por impactos de arma de fuego, su estado de salud fue calificado como grave.
Se presume un ajuste de cuentas entre grupos delictivos dedicados a la venta y distribución de drogas. La ahora occisa llevaba por nombre Guadalupe, y era conocida como La Cheredona. Fue capturada en el 2022 por delitos contra la salud, pero obtuvo la suspensión condicional del proceso y así quedó en libertad, salió para seguir comercializando drogas, indicaron fuentes policiales.
De acuerdo con los reportes policiales: cerca de las 20:30 horas del lunes, cuatro hombres (dos altos y fornidos, y dos chaparros y gordos, con acentos que no son de la región), llegaron hasta el domicilio de la mujer.
Allí, los sujetos armados golpearon al esposo de Guadalupe, le exigieron el dinero. Después encontraron a la mujer y la golpearon, según reportes policiales, la despojaron de un morral en donde tenía 250 mil pesos en efectivo. Una vez que golpearon a la mujer, le dispararon directo a la cabeza.
A su yerno, de nombre Leopoldo, de 29 años de edad, le metieron dos balazos, uno en la cabeza y otro en el pecho. Fue traslado de emergencia al Hospital Integral de Coxcatlán, en donde murió poco después.
Otro hombre llamado Gerardo, de 37 años de edad, resultó herido de bala a la altura de las costillas. Este hombre refirió a las autoridades que es consumidor de la droga conocida como cristal, y que al llegar a comprar droga con la Cheredona, se encontró a los hombres armados, quienes intentaron someterlo, pero corrió, así fue como le dispararon y resultó lesionado.
Los delincuentes, luego de atacar a estas personas, y de tomar el dinero, escaparon con rumbo desconocido. Lo hicieron a bordo de un vehículo Nissan, March, de color blanco.
La Fiscalía General del Estado realiza las indagatorias al respecto, se presume un ajuste de cuentas entre grupos de narcovendedores que operan en aquella región.
