Un hombre fue brutalmente torturado y posteriormente ejecutado con tres balazos, tenía un dedo cortado y cauterizado con fuego, así como quemaduras en las palmas de las manos. El hombre fue ejecutado en los ejidos denominados El Chabacano, en San Francisco Ocotlán, perteneciente al municipio de Santa María Coronango.

La mañana de este miércoles, campesinos de Ocotlán avistaron el cadáver que se encontraba amarrado de manos con cinta café y la cara cubierta con el mismo material. Es un hombre de aproximadamente 40 años, el cual se encuentra en calidad de desconocido.

El cuerpo presentaba tres impactos de bala calibre 9 milímetros, el tipo del arma que utilizaron los homicidas se sabe por los casquillos encontrados en el lugar.

Se sabe que al hombre le amputaron el dedo anular y el meñique de la mano derecha. Se presume que para que no se desangrara, los verdugos le habrían quemado la herida, probablemente con una especie de soplete. El fuego también le habría quemado las palmas de las manos.

Se desconoce el móvil del crimen, pero se cruza información con la Fiscalía de Secuestros y Delitos de Alto impacto (FISDAI) porque pudiera tratarse de algunas de las personas que recientemente han sido privadas de la libertad en la región del distrito judicial de San Pedro Cholula.

El lugar del hallazgo corresponde con el sitio en dónde lo privaron de la vida, se presume que sus verdugos lo llevaron hasta ese lugar, después de someterlo a una tremenda tortura y allí acabaron con su vida.

El mencionado paraje está ubicado entre los límites de Ocotlán y la cabecera municipal, aproximadamente a 800 metros de la recién encarpetada avenida México-Puebla. El cadáver se encontró en un camino de terracería, estaba sobre su costado derecho, con las manos sujetadas con cinta canela en la espalda.

La cinta canela también la tenía en la boca a manera de mordaza y cubriéndole los ojos, por lo que del rostro solo se le observaba la nariz, y parte de la barba medianamente crecida que tenía el varón. El hombre es de estatura media, complexión robusta, moreno claro, y vestía pantalón de mezclilla color azul, cinturón negro de tela y playera de manga corta color gris.

Tenía los impactos de bala en la cabeza, en el pecho y en el costado. Como señas particulares, el hombre tiene un tatuaje en el antebrazo derecho, del cual no se pudo definir la forma.

Policías del municipio de Coronango resguardaron el lugar y personal de la comandancia de San Pedro Cholula de la Policía Ministerial, llevó a cabo el levantamiento del cadáver, con apoyo de los peritos de la Fiscalía General del Estado. Así fue como se inició la carpeta de investigación del caso.

Hasta el cierre de esta edición se desconocía el móvil del crimen. No se descartó que pudiera tratarse de una ejecución entre personas pertenecientes a grupos delictivos, pero tampoco quedó descartado que se trata de alguna de las víctimas de secuestro que actualmente se encuentran privadas de la libertad en esa zona.