Apenas cumplió la mayoría de edad, Cristopher decidió ir por su sueño, convertirse en policía, por ello se alistó a la academia de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSP). Desde los 18 años forma parte de la Policía Estatal, está comisionado la Comisión de Protección Ciudadana y Prevención del Delito. El amor a su hijo lo motiva a ser mejor cada día en el plano laboral y en el personal, quiere ser un buen ejemplo para su pequeño, tal y como su padre lo fue para él.

En entrevista con este diario, Cristopher nos confesó que desde niño quiso ser policía, siempre le gustó servir a los demás, combatir a los delincuentes, a los malos y siempre le llamaron la atención las armas.

“Mi esposa y mis padres me han pedido que deje este trabajo, a ellos les parece muy peligroso. Pero es mi vocación. Siempre les digo que me preparo y que siempre me cuido en el servicio para poder regresar con ellos. Un hombre siempre debe cumplir con su responsabilidad” señala con entereza Cristopher.

“Desde que era pequeño, siempre tuve la idea de querer apoyar a la gente, y me ha gustado todo lo referente a las armas”, dice Cristopher y nos confía que tiene un ritual con su familia para pedir que siempre regrese a salvo: “Todos los días, antes de salir a trabajar, desayunamos juntos, hacemos una oración, nos abrazamos y besamos. Eso es siempre”.

Cristopher quiere ser un ejemplo a seguir para su hijo, por ello le enseña valores. Y tal como él respeta a su padre, desea que su hijo le tenga el mismo y respeto en el futuro, cuando crezca, que su hijo se sienta orgulloso de él. Por eso Cristopher señala que siempre realiza su trabajo respetando sus valores como persona y como funcionario.

En los tres años que lleva como policía, Cristopher nos confía que un momento muy peligroso y de mucha intensidad que vivió, ocurrió hacer cerca de año y medio en la región de Izúcar de Matamoros, cuando patrullando se percataron que había un robo de un camión cargado de línea blanca.

El robo estaba en proceso, por ello intervinieron y fueron recibidos a balazos por el grupo delictivo, repelieron la agresión. Nadie salió lesionado, pero su patrulla no pudo seguir pues las balas de los contrarios poncharon los neumáticos. Aunque la mayoría de los delincuentes pudieron escapar, lograron detener a uno de ellos. Ese ha sido un momento de mucho peligro, nos revela.

Mientras que nos indica que los momentos de satisfacción personal han sido muchos más, porque como policías tienen la oportunidad de servir y ayudar a muchas personas, tener el agradecimiento de los ciudadanos y el saber que ha cumplido con su deber, le dan la motivación extra para seguir adelante.

Como policía debe sacrificar mucho, debe dejar a su familia, esposa e hijo. Pero son sacrificios que deben hacerse para poder servir a la sociedad, dice convencido Cristopher.

Pese al esfuerzo y lo demandante que es ser policía, Cristopher quiere seguir creciendo como persona y profesional de la Seguridad Pública, por ello estudia la licenciatura en derecho, además de que siempre está atento a las capacitaciones policiales. Estudia el octavo cuatrimestre de la licenciatura en derecho.

Cristian tiene claro sus metas y objetivos. En el corto y mediano plazo quiere ser un muy buen policía y servir a la sociedad realizando detenciones de alto impacto. Pero en el largo plazo quiere llegar a ser un buen mando policial, incluso tener a su cargo una dirección o incluso una secretaría.

Este Día del Padre Cristopher envió un mensaje a su padre: “Le digo que muchas gracias por todos los sacrificios que ha hecho y todo lo que me ha inculcado. Que gracias a él he hecho cada cosa de mi vida y estoy eternamente agradecido por todos sus esfuerzos que ha realizado”.

Mientras que a su hijo le deja este mensaje: “A mi hijo le digo que es mi principal razón para levantarme cada día, que siempre me esforzare para verlo bien a él”.