El hombre que murió el pasado domingo, aparentemente a causa de un infarto en El Campanario, en la ciudad de Puebla, continúa en el anfiteatro de la ciudad. Su patrón y amigo, está buscando que le entreguen el cuerpo para darle cristiana sepultura, pues según sus compañeros de trabajo el ahora occiso no tenía familia. Por ello piden a las autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE) que le brinden las facilidades al patrón para que le entreguen el cuerpo y poder hacerse cargo de los funerales.

Compañeros de trabajo del occiso, refirieron que llevaba por nombre Eduardo Sarmiento Pérez, y que contaba con 45 años de edad. Como este diario lo informó, murió infartado el pasado domingo por la mañana, quedó sin vida a las puertas del bar El Comisario, en el centro comercial El Campanario.

Los mismos informantes precisaron algo más de lo que ocurrió aquel día. Eduardo salió a abrir el portón a uno de sus ayudantes, al regresar aparentemente sufrió el infarto y cayó de su propia altura golpeándose la cabeza.

Aseguran que en los años que lo conocieron nunca habló de tener familia, y hasta el momento ningún familiar ha reclamado el cadáver, aseguraron. Es por ello que su patrón, con el cual trabajó muchos años, ha buscado que le entreguen el cadáver para darle sepultura, indicaron los compañeros de Eduardo.

Los compañeros del finado piden a las autoridades de la Fiscalía General del Estado que consideren lo especial del caso y que para evitar que el cuerpo de Eduardo vaya a parar a la fosa común, le permitan a su amigo y jefe el hacerse cargo del cuerpo y darle sepultura.