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Un pequeño era velado en su domicilio de San Miguel Tzinacapan, en el municipio de Cuetzalan, cuando las autoridades ministeriales llegaron por el cadáver para que se le efectuara la necropsia de ley. Los padres del menor no informaron de la muerte del niño de dos años, la cual no fue natural.
El niño pereció a causa de quemaduras causadas al caerle encima un balde de agua hirviendo, por ello era necesario que se hicieran los protocolos de necropsia y que se iniciaran las investigaciones del caso para determinar si se trató de un hecho accidental o si hay alguien sobre el que recaiga algún tipo de responsabilidad legal.
Los padres no dieron aviso a las autoridades simplemente lo llevaron a un médico particular y una vez que murió comenzaron a velarlo.
El accidente doméstico que cobró la vida del pequeño Marcelo Aldana Pérez, de 2 años de edad, ocurrió el pasado viernes en la calle Antigua número 25, del Barrio de Actepetzintla, en San Miguel Tzinacapan, en el municipio de Cuetzalán.
Fue la mamá quien indicó a las autoridades ministeriales que al niño le cayó una olla de agua hirviente y eso le causó las lesiones que lo privaron de la vida. Sólo refieren que lo llevaron a un médico particular donde murió.
Después comenzaron a velar al niño sin dar parte a las autoridades ministeriales. Sin embargo alguien dio parte a los agentes estatales de investigación y debieron llegar para efectuar las diligencias del levantamiento del cadáver.