La cifra de víctimas mortales tras las explosiones registradas en el estadio Manchester Arena durante el concierto de la cantante estadunidense Ariana Grande, ascendió a 22, mientras que la de los heridos se fijó en 59.
Las autoridades británicas informaron que se trató de un atentado suicida e investigan si el atacante actuó sólo o como parte de una red.
En tanto, el grupo terrorista Estado Islámico se atribuyó el ataque a través de sus canales en la red de mensajería Telegram, según la BBC.
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Incluso, desde el día del ataque circuló un video en el que un supuesto militante del EI reivindica el ataque y muestra un cartel con la palabra Manchester y la fecha del ataque, sin embargo no se ha comprobado su veracidad.
Este grupo también se atribuyó el ataque en Westminster de marzo pasado y amenazó con más ataques, aunque por el momento las autoridades británicas no han emitido juicio sobre la credibilidad de lo afirmado por EI y expertos advierten que este tipo de reivindicaciones deben ser manejadas con cautela.
La versión de las autoridades es que la explosión se produjo cuando un atacante suicida detonó un “artefacto explosivo improvisado” al final del concierto que ofrecía la cantante pop, cuyo tour lleva el nombre Dangerous woman (Mujer peligrosa).
La primera ministra Theresa May, dijo las autoridades creen haber identificado al atacante, que también murió en la explosión, pero por el momento no harán pública su identidad.
La policía británica arrestó este martes a un hombre de 23 años que estaría vinculado con el atentado y se esperan otros arrestos y allanamientos.
