Dos mujeres, con el viejo truco de las desposeídas y discriminadas, “chamaquearon” a un trabajador de la Central de Abasto de Puebla y mediante engaño lograron robarle 37 mil pesos en efectivo, dinero que previamente había retirado de la sucursal de BBVA ubicado en esa zona de la ciudad.

Fue al filo de las tres de la tarde de este miércoles cuando un trabajador de la Central de Abasto fue a retirar la citada cantidad de efectivo. Una vez con el dinero en su poder salió de la sucursal de BBVA ubicada en el bulevar a San Pablo del Monte y la calle Mártires de Río Blanco.

Ahí es cuando fue abordado por una mujer que dijo ser indígena y no saber leer ni escribir: le dijo que debía cambiar un cheque por 77 mil pesos, pero que no sabía leer ni escribir, por lo que le pedía que le ayudara a cambiarlo. Le inventó una historia muy sentimental de la supuesta muerte de su niño con labio leporino y otros supuestos infortunios que le han acontecido.

En ese momento apareció en escena otra mujer que dijo llamarse Rosa. Se trataba de “la palera”, la cómplice de la primera mujer. Esta fémina se sumó a la conversación enfatizando las desgracias de la supuesta indígena. Convenció al trabajador de que la ayudaran.

La indígena ingresó al banco, para ganarse la confianza de su víctima le dejó sus pertenencias al joven, celular y cartera, claro bajo la supervisión de la que ahora se sabe es su cómplice.

Después salió y mencionó que ya había hablado con los empleados y que ya todo estaba arreglado. Solo debía ingresar y cobrar con la ficha que le habían dado. Pero al ingresar, la mujer indígena le pidió, que como una manera en que ella pudiera estar segura de que no se iba a ir con su dinero le dejara algo a cambio, es decir el dinero que él trabajador había retirado.

“Me chamaquearon”, dijo el empleado a los policías que atendieron el reporte. Él accedió a darles los 37 mil pesos, ingresó al banco confiando en que la cantidad que iba a retirar eran 77 mil pesos y confinado en las mujeres.

Lo que no sabía es que apenas ingresó a la sucursal las mujeres escaparon en un vehículo en donde se supone las esperaba un tercer cómplice. Cuando el hombre salió no encontró ni rastros de las ladronas, por lo que avisó a las autoridades policiales.