Odilón Larios Nava

Una mujer que habita en Bosques de San Sebastián robaba perros y gatos, los llevaba a su casa, los mataba y los restos los guardaba en el refrigerador. Los vecinos presumen que se comía los animales y especulan que podría hacer carne enchilada con ellos, ya que ese es el negocio de la mujer en esa misma unidad habitacional.

Las personas desde hace un año y medio habían reportado a las autoridades que esa mujer de nombre María Consuelo N. se robaba a las mascotas y que las llevaba a una jaula en la azotea del edificio 52 de la calle 1-B, en Bosques de San Sebastián, pero fueron ignorados.

Las versiones de los hechos eran inverosímiles, parecían propios de una ferviente imaginación, pero la tarde de este miércoles se corroboró que todas esas versiones eran verdad, e incluso mucho más grotesco de que pudieron imaginar.

María Consuelo tiene dos hijos uno de ellos de 17 años, el cual tiene una discapacidad motriz, el otro de 9 años el cual según los vecinos le ayudaba a robar los perros y gatos. Aunque no vive todo el tiempo con ella, los vecinos afirman que tiene un esposo que llega algunos días a la semana.

De acuerdo con algunos vecinos la mujer habría dicho de manera inicial que robaba los animales para después exigir recompensa, pero los vecinos no le creen porque nunca devolvía los perros que robaba.

Sus vecinos cercanos señalaron que la mujer es muy violenta, que cuando se enoja es frecuente que lance objetos contra los vidrios y los rompa. Cuando algún vecino le reclamaba por los perros salía empuñando un cuchillo y los amenazaba.

Los vecinos ya habían recurrido ante las autoridades municipales entregando oficios para que intervinieran, pero nunca hicieron nada durante un año y medio.

Este jueves un vecino recibió un mensaje que le indicaba que su perro extraviado el 13 de septiembre estaba en el domicilio de esta mujer, departamento 4 del edificio 52. Por lo que llegó a exigir la devolución de su mascota. La mujer le negó que estuviera ahí su perro, pero él llamó y escuchó que un perro ladraba desde el interior.

Este hombre había a la vez convocado a los vecinos por medio de un grupo de WhatsApp, y así es que un número considerable de personas ya estaban en el exterior de la casa de la mujer. Eso hizo que la fémina esta ocasión no fuera tan violenta ni tan valiente y mejor decidiera escapar, dejando en el lugar a sus hijos.

Las personas aprovecharon para entrar a la casa y se percataron que había decenas de perros, algunos gatos, conejos y palomas. Al echar un vistazo a la casa saltaba la pestilencia insoportable, la cual les hacía casi imposible respirar.

Pero lo que realmente les causó repulsión y provocó lágrimas fue el abrir el refrigerador y encontrar perros y gatos muertos, descuartizados. Además, en un tambo también encontraron animales descuartizados y una tabla acusaba manchas de sangre. Los vecinos aseguran que por las noches la mujer salía a dejar a los basureros bolsas con vísceras de los animales que mataba.

Ante la espantosa escena las personas salieron de la casa y esperaron que llegara la policía y las autoridades municipales. A la vez que uno de los vecinos corrió a buscar a la mujer, la encontró y la hizo regresar para entregarla a la policía y que procedieran contra ella de manera legal.

Las autoridades investigarán si la mujer está sana o si padece de sus facultades mentales, pues a simple vista las acciones que realizaba no son propias de una persona con plena salud mental.

Los vecinos también exigieron a las autoridades que intercedan por los niños y les brinden las atenciones necesarias, para que puedan tener una vida sana y que les permita desarrollarse con normalidad.

Los propietarios de los perros deberán acudir a Protección Animal para hacer la correspondiente reclamación de los mismos. Fueron trasladados a ese lugar para recibir la atención médica veterinaria necesaria.