Odilón Larios Nava / @odylarios

Un taxista fue ejecutado en un aparente ajuste de cuentas en el Camino a Alpuyeca. Sus victimarios desbarrancaron el vehículo taxi y escaparon. Los criminales no contaban con que el taxista llevaba a uno de sus amigos escondido en la cajuela, ya que aparentemente también se dedicaban a delinquir. El sujeto escondido en la cajuela escuchó toda la conversación entre los verdugos y el conductor asesinado, lo cual ha marcado la pauta del inicio de las investigaciones.
De acuerdo con el testigo, lo último que el taxista escuchó en su vida fue: «¿Te sientes muy chingón? Soy el chamaco pendejo de la otra vez». Después pasaron al taxista hacia el asiento trasero, condujeron hasta el Camino a Alpuyeca, aproximadamente a dos kilómetros de distancia del Periférico Ecológico.
En ese lugar los victimarios le volvieron a indicar: ¿Quién te mandó?, y el conductor les contestó que no sabía de qué le hablaban. Los delincuentes le insistieron: «Si no me dices quién te mandó, te vas a morir». El taxista siguió negando, y en ese momento se escuchó un disparo. Posteriormente quitaron el freno de mano y desbarrancaron el carro y escaparon.
Minutos después, el hombre que iba escondido en la cajuela, cuándo supuso que los criminales ya estaban lejos, salió del vehículo y fue hasta una gasolinera ubicada en el Periférico Ecológico a la altura de la desviación al relleno sanitario y allí pidió ayuda.
Los empleados de la gasolinera le obsequiaron dos vasos de agua, a la vez que escucharon su historia, pero no la creyeron. Mientras tanto ya habían llamado a la policía. Patrulleros del municipio de Puebla llegaron en cuestión de minutos.
Fue ante los patrulleros que el hombre relató que se encontraba acompañando a su amigo, el taxista, y que éste al ir hacer varios viajes le pidió que se metiera a la cajuela. Aseguró que hicieron entre tres o cuatro viajes, y posteriormente acudieron a inmediaciones de un bar que se ubica en la zona trasera de Plaza Dorada.
De acuerdo con el declarante, fue en ese lugar donde dos hombres se acercaron al taxista y comenzaron a dialogar con él de manera acalorada. Fue en ese momento cuando uno de ellos le dijo: ¿Te sientes muy chingon? Soy el chamaco pendejo de la otra vez».
Posteriormente fue pasado al asiento trasero y trasladado hasta el Camino a Alpuyeca, con dirección hacia la Academia de Policía, a escasos dos kilómetros del Periférico Ecológico, en donde le habrían insistido que confesara quién lo había mandado (nunca aclararon a qué) y cómo el taxista se negó, le dispararon.
El carro, un Volkswagen, Gol, color negro, había quedado a la orilla de una barranquilla. Cuando los criminales descendieron quitaron el freno de mano y lo lanzaron a esa barranquilla para posteriormente escapar. El testigo no se percató si lo hicieron a bordo de algún vehículo.
Afirmó a las autoridades que espero entre cinco y diez minutos, cuando ya no escuchó ruidos salió de la cajuela, y posteriormente por la portezuela trasera izquierda dejó el vehículo. mencionó que hizo tiempo, por temor, y posteriormente fue a pedir apoyo hasta la gasolinera antes mencionada, en dónde llegaron los policías y finalmente relató todo lo antes comentado.
Personal de la Fiscalía General del Estado de la comandancia de Amozoc, acudió hasta el lugar para realizar la diligencia de levantamiento de cadáver, recolectar indicios y asegurar el vehículo. Para todo ello contaron con el apoyo de Peritos de la misma dependencia y de personal de la Dirección de Protección a Víctimas, estos últimos trasladaron el cadáver al anfiteatro de la ciudad de Puebla.
Los indicios señalan a las autoridades que el móvil del asesinato de este hombre, de aproximadamente 25 años, fue un ajuste de cuentas. El sobreviviente de este hecho quedó a disposición de las autoridades para que amplíe la declaración, de la cual esperan extraer información para dar con la identidad de los responsables.