Pobladores de San Francisco Tepango, en el municipio de Cohuecan (límites con Morelos) retuvieron a personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) – entre los que se encontraban todos los comandantes de la región mixteca – que habían llegado a la comunidad para realizar un cateo en un domicilio, por una investigación por homicidio. Más de 500 pobladores los rodearon, desarmaron, golpearon, y los amagaban con colgar y hacerlos arder con gasolina. La población exigió la liberación de un presunto homicida que había sido detenido días antes, el cual ya se encontraba en el penal de San Miguel, así como la devolución de un automóvil asegurado como indicio en ese mismo caso, no les permitieron retirarse hasta que se cumplieron dichas condiciones.

La noche del jueves, un grupo conformado por entre 20 y 30 policías ministeriales de la FGE, encabezados por todos los titulares de la región mixteca, llegaron hasta la citada comunidad para realizar un cateo en un domicilio, buscaban el arma de fuego utilizada durante un homicidio. Fuentes cercanas a este diario indicaron que los mandos policiales le hicieron saber al personal de Ministerios Públicos que era muy riesgoso entrar a esa población sin un estado de fuerza mayor, que podría haber problemas. Pero el personal a cargo del operativo hizo caso omiso, desestimando las advertencias de los elementos operativos de la región.

Cuando llegaron al domicilio en donde llevarían a cabo el cateo, la gente comenzó a rodearlos, otros tocaron las campanas de la iglesia del pueblo. Rápidamente el personal ministerial se vio rebasado en número por los pobladores, muchos de los cuales portaban armas de fuego – largas y cortas –, así como machetes, palos y piedras.

Los elementos de la Fiscalía fueron desarmados, pronto llegaron algunos civiles con garrafas llenas de gasolina y sogas, gritaban que quemarían a los agentes y a otros los colgarían en la plaza pública.

Los pobladores indicaron que la única forma en cómo dejarían ir a los agentes, comandantes, peritos y demás autoridades, era que les entregaran ahí mismo al hombre investigado por el homicidio, de nombre Gonzalo P. T., quien había sido aprehendido días antes, y ya se encontraba internado en el CERESO de San Miguel en la ciudad de Puebla. Además, exigieron la devolución de la camioneta azul asegurada como indicio en el caso de homicidio.

Ante el riesgo inminente que corrían los agentes y todos los comandantes de la región retenidos, de una manera insólita, las autoridades tuvieron que ceder. No se cabe cómo ocurrió jurídicamente, pero sacaron de prisión al presunto homicida de nombre Gonzalo y junto con la camioneta lo llevaron a la citada comunidad.

En el momento que las autoridades entregaron libre a Gonzalo y devolvieron la camioneta, al filo de la una de la mañana de este viernes, los pobladores devolvieron las armas a los agentes y les permitieron que se retiraran.

Hasta el cierre de esta nota informativa no había ningún comunicado oficial al respecto, pero se presume que de manera oficial debió iniciarse la carpeta de investigación del caso, para aprehender a los responsables de privar de la libertad a los agentes, además de que debe haber indagatorias para recapturar al presunto homicida liberado de esta manera, por lo menos, “irregular”.