Las declaraciones de las vecinas de Eduardo Rivera Pérez, hechas ante la Fiscalía General del Estado (FGE), confirmaron que la agresión que sufrieron fue parte de un atentado contra el candidato a gobernador por la coalición Mejor Rumbo para Puebla.

Las mujeres declararon que fueron sometidas violentamente por hombres armados, quienes las golpearon y en todo momento preguntaban donde estaba “el presi” a quien querían meterle un disparo en la cabeza, se lee en parte de la declaración de una de las mujeres.

En la narración de los hechos se indica que la jefa de familia estaba dentro de la casa con una de sus dos hijas, en el fraccionamiento La Cañada. Siendo las ocho de la noche, aproximadamente, la madre escuchó pasos en las escaleras y creyó que era su otra hija que había regresado, por lo que fue a su encuentro.

En ese momento se percató que no era su querida hija, sino tres hombres armados, quienes de inmediato se abalanzaron sobre ella y la sometieron a golpes, al tiempo que la amarraban con una soga de color gris.

Posteriormente pasaron a la recámara de la hija y también la sometieron a golpes. Los hombres tenían acento extranjero, colombiano o venezolano, se indica en la declaración.

La mujer señaló que los delincuentes se equivocaron de casa, pues en todo momento le preguntaban ¿Dónde está el presi?, en ese momento ella supo que buscaban a Eduardo Rivera, quien es su vecino desde hace años.

En varias ocasiones les preguntaron dónde estaba el presi “para volarle la cabeza”. Lo buscaron en diversas partes de la casa, donde creían que vivía Eduardo Rivera, pero al no ser su domicilio no lo hallaron.

La irrupción de los criminales en la casa de estas mujeres duró cerca de 40 minutos, tiempo de terror para ellas pues durante este tiempo fueron sometidas, asfixiadas y recibieron múltiples amenazas de muerte, según consta en las declaraciones ante la Fiscalía del Estado.

Una de las últimas cosas que hicieron los criminales fue amenazar a la madre cortando cartucho y diciendo “deja de mentir maldita perra o te voy a matar si no me dices a qué hora llega el presi”, acto seguido le abrió la cabeza con un cachazo.

La segunda hija de la mujer regresó a casa cuando todavía estaban los maleantes y también fue sometida. La amarraron y amordazaron con calcetines, se indica en las declaraciones.

Después los delincuentes, al ver que se habían equivocado, escaparon dejando a las mujeres amarradas.

La última en llegar pudo desamarrarse y salir por una ventana trasera, desde donde pidió ayuda a gritos. Hasta ese momento fue cuando se activó la vigilancia privada del fraccionamiento.

Cabe destacar que, en el momento en que ocurrió el atentado, Liliana Ortiz, esposa de Eduardo Rivera, se encontraba en su casa.
Cabe destacar que los delincuentes escaparon en una camioneta Jeep, Patriot, color blanco.

La policía municipal de Puebla realizó acciones de búsqueda y pudo ubicar ese vehículo en la gasolinera del centro comercial Solesta, frente al CIS de Angelópolis.

En ese momento fueron detenidos los únicos dos tripulantes que seguían en la camioneta: Gerardo P. y Sharon N., dos extranjeros de origen colombiano.