Ejecutados, así es como fueron encontrados dos hombres – primos – que se encontraban desaparecidos desde el 10 de enero, la última vez que los vieron salieron del barrio de San Sebastián, en Tepeaca. Los localizaron el pasado lunes en terrenos pertenecientes a San Buenaventura Tetlananca, en el municipio de Tecali de Herrera.

Los cadáveres de Víctor Manuel Centeno Martínez y Carlos Fernando Centeno Espinoza, de 30 y 24 años de edad, respectivamente, fueron localizados en terrenos de cultivo pertenecientes a San Buenaventura.

Fue alrededor de las cuatro de la tarde del pasado lunes cuando los lugareños encontraron los cadáveres en avanzado estado de descomposición. Uno de ellos estaba envuelto en una lona y el otro no.

Ambos cuerpos estaban en avanzado estado de descomposición, amarrados de pies y manos y amordazados. El cuerpo que no estaba cubierto con una lona ya estaba siendo comido por la fauna local, principalmente en la cara.

Los cálculos hechos por el cronotanatodiagnóstico señalan que los hombres habrían sido privados de la vida tan solo horas después de haber sido levantados. Se esperan los resultados de la necrocirugía para conocer cómo fueron asesinados, ya que por el grado de descomposición de los cuerpos no fue posible que determinar la causa de muerte a simple vista.

De estos hechos tomaron conocimientos elementos de la policía municipal, de la policía estatal y finalmente el levantamiento de los cadáveres recayó sobre los agentes ministeriales del grupo de apoyo policial de Tecali de Herrera, quienes contaron con el apoyo de los peritos de la Fiscalía General del Estado (FGE).

Por medio de las vestimentas y otras características que se apreciaban en los cuerpos, es como las autoridades y los familiares pudieron confirmar las identidades de los occisos. Cabe señalar que Víctor Manuel y Carlos Fernando desaparecieron desde el día 10 de enero en el barrio de San Sebastián, en Tepeaca. Por la forma en cómo fueron encontrados los cuerpos y otra información con la que cuentan las autoridades policiales, se presume que se trata de un probable ajuste de cuentas entre grupos delictivos que operan en la región de Tepeaca.